Bueu
Plaza Massó
La zona en la que se registró el desprendimiento continúa vallada. // Gonzalo Núñez
Los técnicos municipales del Concello de Bueu consideran "imprescindible" una inspección técnica en profundidad de todas las fachadas de la urbanización de la Praza Massó, en el centro del municipio. La advertencia llega después de los desprendimientos registrados a finales del mes de agosto, a consecuencia de los cuales una persona resultó herida. Los inmuebles son de carácter privado por lo que esas inspecciones deberán asumirlas las respectivas comunidades de propietarios, a las que se remitirá el informe municipal.
Después del incidente registrado el 29 de agosto los técnicos del Concello acudieron a realizar una inspección en la zona, donde se comprobó el desprendimiento de una franja "considerable" de revestimiento de una de las fachadas de la calle Ibis, afectando a un tramo de cinco metros de longitud y medio metro de ancho. "De la inspección de los trozos de revestimiento desprendidos [estuco] se deduce la poca adherencia del mismo al paramiento o ladrillo cerámico de hueco doble, así como la carencia de una malla de armado", reza el informe del Concello de Bueu.
La revisión no se limitó únicamente al lugar donde ocurrió el incidente, sino que los técnicos revisaron el resto de los inmuebles de la urbanización, donde se constataron signos externos como fisuras y pequeños desprendimientos que hacen "imprescindible" una inspección técnica de la totalidad de los frentes de la urbanización para "determinar su estado y garantizar la seguridad de los usuarios de los espacios públicos a los que dan frente". Una recomendación que cobra más fuerza ante la evidencia de que todos los edificios están revestidos con el mismo tipo de material.
De momento la zona en la que se registró el desprendimiento del 29 de agosto permanece acordonada y vallada para evitar el tránsito de peatones. El informe municipal que se dirigirá a las comunidades de propietarios establece que deben contratar una inspección técnica para analizar la situación de la "totalidad" de las fachadas de la urbanización, en base a la que deben ejecutarse las obras necesarias para mantener las condiciones de funcionalidad, seguridad, salubridad y ornato de los inmuebles.
Esa inspección técnica debe detallar al menos tres apartados o fases: cuáles son las medidas de seguridad urgentes a adoptar, un análisis pormenorizado para la redacción del proyecto y finalmente las obras a realizar. El Concello deja en manos de los técnicos que contraten las comunidades de propietarios decidir cuáles son las medidas más convenientes para evitar nuevos desprendimientos, entre las que se cita la posibilidad de vallar la zona o la "retirada inmediata" de las partes del revestimiento que presenten riesgo de desprendimiento Para esta primera intervención no sería necesario solicitar licencia municipal, pero sí garantizar un paso de ancho suficiente para la libre circulación de personas y de los vehículos de servicios.
La segunda parte, el estudio pormenorizado para la redacción del proyecto, debe incluir las pruebas necesarias para dictaminar las "causas reales" de los revestimientos y la elección de la solución técnica para garantizar la estabilidad de las fachadas. La tercera y última fase consistirá en la ejecución de los trabajos
El informe técnico municipal también fija plazos para cumplir con estas fases. Para la ejecución de las medidas de seguridad urgentes en la céntrica urbanización se concede una semana; el estudio pormenorizado de las edificaciones deberá aportarse un mes después, con el proyecto que acompañe la solicitud de licencia municipal o comunicación previa de obras; y finalmente para la ejecución de los trabajos se estima una duración de dos meses, que en caso de que resulte necesario podrían prorrogarse.